“No puede haber luz sin oscuridad”

La Liga de la Justicia | Satanás Americano | El castillo de cristal | Suburbicon | Los Ex | The Square

     Deje todo y corra a verla
    No se la pierda
   Vale la pena
⋆ ⋆ Puede verla
 No se moleste
•Evítela como la plaga

 

El Entremés

⋆ ⋆ Puede verla

No voy a comentar la película diciendo que se copiaron el estilo de Marvel, o que si Ezra Miller es bueno como Flash o no, o mejor aún, que si Superman es más rápido que Flash. O con preguntas sobre dónde quedó la tan poderosa Caja Madre capaz de destruir planetas enteros, o porqué los Atlantes o las Amazonas no salieron al quite de la defensa del planeta si milenios antes sí lo hicieron. O de quién carajos es Steppenwolf y porque se ve tan chafa en el Live Action.

Todo eso ya lo están respondiendo los fans de los comics de DC, pero les recuerdo algo, el lenguaje de los comics es distinto al lenguaje cinematográfico, por lo que la película misma se debería explicar por sí sola y no con ayuda de datos extras. Cuando sucede esto es porque hay huecos, y si hay huecos es porque se antepusieron las imágenes llamativas antes que las imágenes necesarias: lenguaje cinematográfico. Respeto a los fans, pero no todos sabemos ni debemos saber las premisas de los comics, sólo queremos que en dos horas se nos cuente una buena historia de súper héroes con ganas de querer verla de nuevo por la historia misma y no por los chistes.

Los espectadores merecemos historias más arriesgadas (ahí está la trilogía del Caballero de la Noche), más épicas, y que el Live Action haga que dentro de toda la fantasía de la historia haya puntos de identificación con la realidad del espectador, y no mostrar un Steppenwolf medio chafón o un Superman con quijada rara, que en vez de imponer, nos hace sentirnos en una película con efectos de los años 90.

Está bien que por fin vemos a la Liga de la Justicia en pantalla grande y con actores reales, pero al tener a seis personajes en pantalla en menos de 20 minutos, es algo que puede fascinar a los fans pero apabullar al espectador promedio (y según entiendo, no sólo los fans van al cine), y por ende, eso no permita a la película profundizar en los personajes por lo que sortea la trama con chistes y humor, y el atractivo visual de Gal Gadot ❤ y Jason Momoa.

Pero no se lo tome tan apecho, DC desarrollará una película por personaje, por lo que tendrán la oportunidad de tomar mejores decisiones. De mientras, si no vio la video reseña que hizo éste Cinéfago saliendo de ver La Liga de la Justicia, puede verla aquí.

Epílogo: Conforme pasa el tiempo cada quien disfruta a su manera de los súper héroes, y éste Cinéfago aprovechó el Buen Fin para darse su vuelta por un parque temático: aunque no tan veloz pero el Flash Pass resultó muy útil. Amé las tres veces que me subí al Batman The Ride. Y en la tercer vez que subí al Superman El último Escape, me pregunté: ¿Por qué es el último escape? ¡A ver fans, respondan eso, respondan!

 

El Plato Fuerte

⋆ ⋆ ⋆ Vale la pena

Como profecía o anticristo que se quiere evitar, llegó a una sala de Cinemex y con dos únicas funciones, Satanás Americano, película que se define como una thriller rockero, si es que ese género existe, y que nos cuenta cómo una banda emergente de rock, The Relentless, encontrará el éxito tras “venderle” su alma al diablo; interpretado por cierto por Malcolm McDowell (Alex DeLarge de Naranja Mecánica).

Cuando le vendes tu alma al diablo la trama siempre es atractiva, y en esta ocasión vemos cómo el glamur del éxito musical, sexo y alcohol, se terminan convirtiendo en muerte, sangre y lágrimas. Y aunque la película mantiene un tono fuerte y algo oscuro, desentonan algunas escenas súper bien iluminadas y hasta cursis, como para tratar de… ¿equilibrar? Aunque tampoco no arriesga demasiado al no desbordar drásticamente a sus personajes, tampoco vemos que haya una búsqueda de redención o final feliz, sino una especie de círculo vicioso: “Ningún títere es libre mientras continúe amando sus cuerdas”.

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Lo que sí es interesante es cómo juega o propone el concepto del diablo o lo satánico, como eso oculto en nuestras vidas que todos escondemos, en contraposición con un personaje que se aparece de vez en vez y que resulta llamarse Gabriel; sí como el arcángel. O de cómo, mercadotecnia o no, muchas bandas de rock coquetean con el concepto de Satanás, como Sus majestades satánicas The Rolling Stones. Todo esto bajo la idea dual de que el rock es donde Dios y el Diablo se dan la mano. Aunado a la idea de que no puede haber luz sin oscuridad.

Pero jugando a ser “abogado del diablo”, me atrevo a decir que todo esto también tiene un trasfondo. Aunque el score (música instrumental creada por el compositor) corre a cargo del vocalista de Korn, más que música de black metal (caracterizado por sus líricas con tintes Satánicos) lo cual sería lógico por el título de la película, lo que oímos es un desfile de varios grupos de rock “independiente” pertenecientes al sello discográfico Sumerian Records, del cual el dueño es guionista y director de la película. Por lo que la película es más para dar a conocer a sus bandas que graba bajo su sello discográfico, que para contar una historia que explore el lado oscuro y/o satánico del rock.

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Así que al final tenemos una premisa atractiva, un título polémico, más un par de caritas bonitas de la escena del rock (Andy Biersack y Ben Bruce), uno rostro bonito de una serie de Disney (Booboo Stewart), ah sí, a una ex Miss Universo (Olivia Culpo. “Échame la culpa dicen en el barrio”), y a una modelo LGTB (Jesse Sullivan). A Mark Boone Junior de Sons of Anarchy para tener cierta figura de autoridad. Y si no fuera suficiente, agréguele a esto al famoso actor y cantautor Drake, sí el de Drake & Josh.

Todo eso dan como resultado este thriller rockero, que de rockero ya me dirá usted qué tanto tiene (yo soy un analfabeta musical). Pero lo que sí le puedo decir es que apenas y entraría en el género cinematográfico del thriller: pues le falta más violencia que sea fortuita (no gratuita como la película. Pobre Drake). Le falta más tensión que desborde un frenesí de pasiones. Le falta más intriga. No manipula información, y aunque hay un par de crímenes, no son la médula central de la trama. Así que thriller tampoco es.

Pero bueno, al menos alguna rola de la película le gustará. Aunque debo decirlo, tampoco vi a los fans del rock saturar el cine, de hecho, fui el único en la sala de proyección, y eso no sé qué pueda significar, porque tampoco Satanás se me apareció a ofrecerme un trato por hablar bien o mal de la película. ¿O sí?

Nota: dicen que si reproduces el tráiler de la película al revés, hay un mensaje subliminal. Véalo, si se atreve, aquí:

 

El Postre

⋆ ⋆ Puede verla

De esas películas que uno ubica pero que no espera, llegó a cartelera El castillo de cristal, y que además tiene el sello de “Garantía Cinépolis”; pero éste Cinéfago aprendió que eso de garantía es un decir desde que vio Horizonte Profundo, la cual aburrió y pasó sin pena ni gloria en los recuerdos cinematográficos del 2016.

Algo similar pasa con El castillo de cristal, que aunque cuenta con un gran elenco, Brie Larson (La habitación) y Naomi Watts ❤ (Lo imposible), se vuelve una película un tanto tediosa y prolongada sin que haya una sacudida ni del personaje ni del espectador. Y es que aunque trillado, pero la leyenda de basado en hechos reales sigue atrayendo a la gente.

La película nos contará de manera simultánea a través de flash backs largos como un día sin pan, la historia de la escritora Jeannette Walls, y de la forma en que fue criada en una familia profundamente disfuncional, pero con unos padres únicos que, no lo dice, pero al parecer no los cambiaría por nada.

Creo que la película se centra demasiado en querer mostrar esa forma peculiar de crianza descuidada y enajenada en la que creció la protagonista, dejando pasar la oportunidad de abordar el tema de la escritura como salvación, porque sabemos que escribe pero nunca leemos algo que haya escrito, lo cual nos pudo haber dicho algo más del personaje.

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El asunto de los hermanos, que aunque siempre presentes pero pasivos, pudo haberle dado un toque más amplio a las repercusiones que tuvo la crianza en ésta familia disfuncional. O de cómo eran percibidos por las demás familias, o la sociedad, y cómo lidiaban con eso.

Y bueno, si no había más matices en ese lado de la historia, al menos debía haber profundizado más en la forma en que Jeannette lidiaba con su nuevo estatus, al tener una profesión de columnista en un prestigiado periódico de Nueva York, y estar comprometida con un hombre de futuro promisorio; en contraste con la situación de calle que vivían sus padres.

Esa era una gran oportunidad para desarrollar a un personaje en un verdadero conflicto emocional, en el que su prometido le pide ya no ceder a los chantajes de su familia, y la forma en que ella no se puede ser indiferente a ellos pues es su familia, y pese a la mala crianza tiene buenos recuerdos de ellos, sobre todo de su padre.

Pero ni eso. En ningún momento se siente que el personaje de Jeannette esté inconforme con la vida que ha logrado obtener, cuando pum, parece que de pronto eso le incomoda y en un acto de “rebeldía”, decide dejar todo eso por lo que luchó para regresar a tener una cena de acción de gracia menos glamurosa, pero feliz rodeada de sus hermanos y madre; bajo la idea de que aunque nos descuidaron e incluso pudimos morir en el camino, al menos nuestros padres fueron personas únicas, soñadoras, diferentes.

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No estoy en contra de los valores familiares, pero el personaje era para haber explorado y explotado un drama que ha sido mucho mejor abordado en películas con temáticas similares, como por ejemplo Capitán Fantástico y Una Familia Peculiar, ejemplos de formas de crianza radicales, pero que no por eso dejan sin comer a sus hijos. Ambas películas muestran las consecuencias personales, psicológicas, anímicas, y sociales de la búsqueda o lucha por defender sus formas de crianza.

Y si no fuera suficiente, también está la serie Raising Hope, que aunque cómica explora varias aristas reales sobre la crianza en una familia disfuncional y marginada. Échele un ojo, y es que pese a tener capítulos de 20 minutos, es tiempo suficiente para poner en dilemas a los personajes y al mismo tiempo ser optimista; o no tan pesimista al momento de voltear a ver a nuestra propia familia. Anda en Netflix.

Al final de El castillo de cristal pasan material gráfico y video gráfico sobre la vida real de los personajes, lo que me hacen pensar: ¿no era mejor un documental? Pero la escritora Jeannette sabía los riesgos que conlleva eso, y quiso mejor exponer un melodrama controlado, que exponerse a un documental que pudo haber mostrado mucho mejor el drama que vivió. Pero quien sabe, tal vez le temió a la transparencia de la su propio castillo de cristal.

 

La Gula

⋆ ⋆ Puede verla

Pues comenzada la temporada donde se estrenas películas que están o pueden estar nominadas a premios, llegó Suburbicon, película dirigida y producida por George Clooney, con guion de los hermanos Coen a quienes ubicamos por su gran película de acción contenida Sin lugar para los débiles, que en 2007 se ganó las principales categorías de los Premios Oscar. Anda en Netflix.

Si ha visto alguna película de los Coen se podrá dar cuenta que su estilo que combina violencia, malas decisiones y un humor un tanto sutil. Y bueno, Clooney no se ha caracterizado por ser un director destacado, así que Suburbicon aunque cuenta con una premisa que podría ser fatalista, se mantiene en el plano de querer lucir a sus actores, basando el potencial de la historia en pequeños giros de tuercas. Aunque hay muerte y traición en esta historia, su ritmo no es vertiginoso. De hecho, tal y como acostumbran los Coen, la historia se basa fundamentalmente en los diálogos.

A este asunto de saldar cuentas con sangre, transcurre paralelamente otra historia, que aunque en segundo plano, llama la atención pues se trata de una familia que sufre discriminación racial a punto de casi resultar quemados. Tan curioso como que los vecinos ponen cercas (¿muros?) para aislar a la familia de color. Así que tenemos en perspectiva tanto la violencia mafiosa, como la violencia social, y que aunque la historia está ubicada en los años 40 o 50’s, dicha violencia resulta tan vigente como hace más de 50 años.

Pero la historia se centrará en lo idílico del lugar y los defectos al interior y exterior, es decir, de cómo incluso la gente apacible en el fondo puede ser de lo peor. Así pues, aunque visualmente todos los personajes y la iluminación luzcan perfectos, sino es que un tanto edulcorados, en los actos se ve toda su violencia y viles de éstos.

Sin mayor resolución que la que puede tener una historia de los Coen, Suburbicon puede ser el deleite de algunos, pero el aburrimiento de otros.

 

El digestivo

⋆ ⋆ ⋆ Vale la pena

Y de lo más salvable que tuvo el pasado Tour de Cine Francés, llegó a cartelera Los Ex, comedia de enredos que gira alrededor de cinco parejas que por diversas razones se ven envueltas en líos de amor, y que hacen una revisión de algunos de los problemas de pareja cuando uno o alguien se convierte en un ex, ya sea en el noviazgo, el compromiso, el matrimonio o el divorcio.

Aunque no caótica pero sí un poco enredada, con algunos planteamientos interesantes entre las parejas (el del sacerdote que le tocará oficiar la boda de su ex, creo el más ingenioso), esta película aunque parecida a algunas Hollywodenses, se arriesga un poco más aunque no por eso se aleja de algunos clichés.

Pero sin duda una buena opción para reírse con algo más real, que con los chistes de Flash.

 

La Sobremesa

⋆ ⋆ ⋆ ⋆ No se la pierda

Y no llegó, pero debió haber llegado, pero éste Cinéfago sí vio, y usted cuando llegué no se la pierda: The Square, ganadora de la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes, y que resulta oportuna ante la condición del arte en la que vivimos hoy en día.

No comulgo del todo con el arte contemporáneo, pero sin embargo el descalificarlo de manera tajante y generalizada tampoco creo sea lo más democrático y plural. (Perdóname Avelina, te he fallado).

No le ha pasado que va a una sala de arte, galería o museo y se queda con cara de ¿what? O aunque raro pero el concepto de la pieza o exposición le parece que tiene sentido. Pues The Square aborda estas situaciones ambivalentes, a través de un personaje principal que es un curador de arte de una galería de arte contemporáneo, en una ciudad de un país desarrollado como Suecia, donde una donación a este museo por uno de los mecenas, podría acabar con el hambre de los mendigos que sobreviven en las calles de esa ciudad.

Imagen relacionada

Lo interesante de The Square es cómo planeta algunos huecos del arte contemporáneo, y algunas inconsistencias entre quienes creen en el arte como un valor humano elevado, pero que en su vida personal carecen de tanta humanidad. Y al mismo tiempo de cómo el arte es “bonito” hasta que nos afecta y agrede directamente. Cuando un arte nos revela una verdad, esa verdad se puede volver incómoda, y por eso es que a veces quizá descalificamos el arte contemporáneo.

No es que defienda el arte contemporáneo, aún tengo mis dudas al respecto, pero cómo una obra de arte me afecta, es algo que sin duda me he cuestionado algunas veces. Y no es que el arte nos haga más civilizados, o la carencia de ése en nuestras vidas más incivilizados, pero cuando la vea preste atención a la escena del performance del hombre que se hace pasar por simio: es un artista llevando hasta sus últimas consecuencias su obra, y que al trasgredir la realidad se vuelve incómodo, tanto que despierta lo más primitivo de hombres ataviados con las mejores vestimentas. Ya decidirá usted quien es el salvaje.

Pero tampoco pierda de vista o que sucede alrededor de la exposición que da nombre a la película, The Square, que es donde vuelvo a dudar del arte contemporáneo: Defines un espacio físico y dices que es el lugar donde todos compartimos derechos y responsabilidades. ¿Y no es eso entonces una metáfora de la sociedad?

No lo sé, aun trato de digerirla, pero es interesante cuando una película te lanza más preguntas que respuestas, ¿no cree?

Josue_Cinefago

 

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