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Van Gogh en la puerta de la eternidad | La Favorita | El nfiltrado del KKKlan
⋆ ⋆ ⋆ ⋆ ⋆ Deje todo y corra a verla
⋆ ⋆ ⋆ ⋆ No se la pierda
⋆ ⋆ ⋆ Vale la pena
⋆ ⋆ Puede verla
⋆ No se moleste
•Evítela como la plaga
El Entremés
⋆ ⋆ ⋆ Vale la pena
¿Qué es lo que piensa cuando escucha el nombre de Vincent Van Gogh? ¿Vislumbra un rostro o figura humana, alguna anécdota, alguno de sus 900 cuadros, o mejor aún, alguno de sus 43 autorretratos? Y si es así, ¿cuál de todos? ¿Son los recuerdos un síntoma de lo eterno o de lo efímero?
Apenas el año pasado Cartas de Van Gogh (Loving Vincent) se convirtió en la película (animada) más vista en la Cineteca Nacional durante 2018, y hoy en día se exhibe en sala comercial Van Gogh en la puerta de la eternidad (At Eternity’s Gate), un filme que retrata su estancia en Arlés, Francia en 1885, periodo en el que alcanzó su plenitud de estilo preocupado ya no sólo por compartir su forma pictórica de ver el mundo, sino porque ésta lograra persistir en el tiempo y la memoria.
La película retrata la personalidad de Van Gogh siempre al borde de los altibajos emocionales con planos subjetivos y el uso de cámara en mano, generando un estado constante de inestabilidad; aunado a una repetición de los diálogos que asemejan su voz interna. También observamos su febrilidad de querer pintar la luz cómo él la percibía a través de un diseño de fotografía que destaca los colores básicos con ambientes azulados, amarillos o rojizos y la combinación de estos; además de un uso en algunas escenas de una distorsión óptica en el lente que hace borrosa la parte inferior de la imagen, que nos insinúa esta forma tan particular de ver la luz del mundo a través de sus ojos.
Al centrarse en un periodo muy específico de la vida del pintor los diálogos se vuelven fundamentales, pues develan todo el corpus estético bajo el que trabajaba y en el que creía: “La belleza es la esencia de la naturaleza”. La recreación de varios de sus cuadros permiten observar la textura de las pinceladas que empleaba (véase la escena en blanco y negro que asemejan como a quien pinta con barro), además que la música, compuesta por Tatiana Lisovkaia y que puede oír aquí, trasmite toda esta melancolía, tristeza y quizá desolación, que vivía al no sentirse comprendido, pero que le dieron el impulso vital para buscar esa puerta a la eternidad y vislumbrar que su pintura, cual profeta, podrá alcanzar a generaciones futuras, volviéndolo un hombre tan creyente de su visión y trabajo, cual Cristo de su propia cruz: la pintura.
El Plato Fuerte
⋆ ⋆ ⋆ ⋆ ⋆ Deje todo y corra a verla
Ya sea con la retorcida y fascinante distopía de La Langosta (2015), o la mítica fábula de El sacrificio del ciervo sagrado (2017); — quizá sus película más vistas en México —, nadie queda indiferente al cine del griego Yorgos Lathimos; ya sea por los temas que aborda o por la forma de construir imágenes, tan enigmáticas ambas, que es imposible dejar de ver por más incómodas, incomprensibles o reveladoras que parezcan.
La Favorita recrea de manera ficcional parte de la vida de la reina de Inglaterra del S. XVIII Anne Estuardo (peripatética Olivia Colman), y de su amiga y consejera Lady Sarah (imponente Rachel Weisz), justo en el momento en el que mantienen una guerra con Francia, siendo Sarah la que tiene el control por medio de la reina y por lo tanto un coto de poder, que se trastocará poco a poco e irremediablemente con la llegada de Abigail (portentosa Emma Stone), quien aprovechando la ausencia de Sarah y la vulnerabilidad de Anne, asegurará golpe a golpe su propio destino.
I. Este lodo apesta es el capítulo que marca la llegada de Abigail, literalmente oliendo a lodo y eses, y donde vemos lo complicado que le será tener un lugar entre la servidumbre, inmune a sus encantos y volviéndola objeto de abusos y burlas; como cuando se corroe la mano con lejía. La música en este como en otros capítulos, marcará el ritmo de la secuencia al mismo tiempo que genera una atmósfera de tensión, suspenso o intriga.
II. Temo a la confusión y a los accidentes, revela cómo Abigail ha puesto en marcha su plan para primero acercarse y ganarse el favor de Lady Sarah, quien a su vez la adopta como su súbdita, para poco a poco comenzar a acercarse a la reina. Aunque sin saber todavía las repercusiones, Lady Sarah le dirá a Abigail que la convertirá en una asesina. Más adelante descubrimos la relación íntima entre Anne y Sarah y la forma en que Abigail tratará de usar eso a su favor, a la par de que es amenazada por Robert, un parlamentario que en busca de poder le pedirá que espíe por él.
III) Vaya atuendo será el punto clave en el que Abigail se gana la confianza de la reina Anne (quien sufre de gota) , mostrándose empática más por conveniencia que por filiación, siendo una camada de conejos el punto clave, al mismo tiempo que un aristócrata comienza a seducir a Abigail. La ausencia de Sarah permite a Abigail acercarse cada vez a la reina.
IV. Un pequeño contratiempo marca el inicio claro de la rivalidad entre Sarah y Abigail, por lo que ambas empelan sus mejores armas: Abigail usa su encanto para seducir a la reina Anne y Sarah usa su posición para mandarla de nuevo con la servidumbre, pero no cuenta con que Abigail es capaz de causarse incluso daño físico con tal de no perder lo que ya ha conseguido.
V. ¿Y si me quedo dormida y me resbalo? Acostumbrada a pelear de manera sagaz, Sarah comienza a demostrarle a Abigail que aún tiene control sobre la reina, sin contar que el contraataque de Abigail será contundente y casi mortal, lo que le darán tiempo para aliarse con Robert y comenzar a conformar un nuevo coto de poder.
VI. Para detener la infección. Con Robert de su parte, Abigail incursiona incluso en las decisiones políticas, y con la venia de la reina Anne ideará el plan perfecto para recuperar su posición aristócrata, pues cuando Sarah vuelva del infierno debe estar lista para el contraataque, aunque esto le genere incertidumbre.
VII. Deja eso, me agrada. Ya sea por desesperación o ira, Sarah chantajea a la reina lo que será contraproducente para ella. Robert ha logrado un nuevo poder parlamentario y Abigail ser La favorita de la reina Anne. Sarah asumirá las consecuencias de sus actos.
VIII. Soñé que te apuntaba en el ojo. Mientras la salud de la reina se deteriora, Abigail se volverá irresponsable y descuidada, sin embrago logrará frustrar el último intento de Sarah por resanar las cosas con la reina Anne; y aunque eso afianza su puesto de privilegio a lado de la reina, al igual que el personaje de Leonora Carrington en Los conejos blancos, Abigail se sentirá inundada, como la lepra misma, de conejos.
El Postre
⋆ ⋆ ⋆ ⋆ No se la pierda
El póster mismo de El infiltrado del KKKlan, un policía afrodescendiente con una túnica del Ku Kux Klan (KKK), mientras sostiene un peine para rizos y alza el puño en referencia al “Poder Negro”, marcan ya de entrada el tono de humor negro, valga la expresión, de la nueva película del director Spike Lee, abierto luchador del nacionalismo negro, que más que aleccionar o ilustrar, propone algunos entrecruzamientos con el racismo actual y sea el espectador quien, casi casi, saque sus conclusiones.
El discurso que intenta grabar el personaje de Beauregard (Alec Baldwin) en la secuencia inicial sobre la supremacía blanca de Estados Unidos, no sólo suena a un discurso actual de Donald Trump, sino que al parodiar sus errores se alude a lo irracional que puede llegar a sonar el uso de “integración” y “migración” como sinónimos de peligro nacional, y que a décadas de distancia siga siendo un discurso respaldado por algunos sectores.
Lo curioso de la trama es que parte de un hecho verídico y del libro que escribió el mismo Ron Stallworth, primer policía negro, cuando se infiltró en el KKK, una historia que permite explorar ciertos contrastes del movimiento negro (como cuando el líder Kwame Ture dice que es preferible matar a un policía racista que a un vietnamita), en contraposición con la ideología del KKK y del racismo que se vivía en el día a día: como cuando se dirigen a Ron como sapo, o cuando un policía blanco detiene a Patrice y la acosa.
Aunque tampoco es una descripción detallada de la “Organización” (como llamaban al KKK), sí deja ver varios aspectos de cómo operaban y de lo radicales que podrían llegar ser, exponiendo que la política también es un instrumento de ideología y una “forma de defender el odio” bajo la arcaica idea de purificar al país, que ha echado incluso mano de instrumentos como la película El nacimiento de una nación (1915) de D.W. Griffith.
Aunque no se ahonda en el pasado de los personajes y muchas de las situaciones se resuelven (muy) convenientemente, el poder dramático de la historia radica en el desarrollo de la trama de manera fluida y generar momentos de tensión, angustia y humor, sin dejar de lado el tema del racismo en ningún momento. Hay un epílogo que tal vez raya un poco en lo panfletario, pero que aun así no se siente fuera de lugar, sino sólo un poco sobrado al reforzar una idea que ya habíamos entendido, pero que se justifica al fungir también como memoria de un problema tan viejo como actual.
El infiltrado del KKKlan es una historia singular aunque no única, pero necesaria.
*Cinefágo: El que tiene el hábito de comer y devorar cine.
#NosVemosEnElCine
