“Vamos a lo que vamos”

CAI | Almacenados | Yo, Daniel Blake | Cómo ser un latin lover vs Carne y arena | Rey Arturo: La leyenda de la espada vs El Gallo de oro | Alien: Covenant

     Deje todo y corra a verla
    No se la pierda
   Vale la pena
⋆⋆ Puede verla
 No se moleste
•Evítela como la plaga

El Entremés

Siguen las malas noticias para el cine en Oaxaca. El Campamento Audiovisual Itinerante (CAI) ha emitido una carta pública en la que dan a conocer el adeudo que dejó la administración pasada para con este proyecto, pese a que se presumió en público el apoyo para la cuarta y quinta edición. Dicho financiamiento hasta la fecha no ha llegado, lo que ha ocasionado el endeudamiento del proyecto y de la asociación a cargo, La Calenda Audiovisual A.C.; pese a que se ha presentado toda la documentación oficial requerida para el pago de dicho apoyo que sigue siendo sólo una promesa. Es tan grave el asunto que éste proyecto sin precedentes en México y 100% oaxaqueño, corre el riesgo de no poder mantenerse con vida.

Aun así, se ha lanzado la sexta convocatoria del CAI, con un gran esfuerzo de gente en verdad preocupada por el cine en Oaxaca, que ofrece una oportunidad sin igual a jóvenes interesados en el sétimo arte y que si no fuera por el CAI, muy difícilmente tendrían una plataforma tan asequible de comenzar a profesionalizarse. Anímese, si no a participar, al menos sí a hacer una donación a tan genuino proyecto.

Lo más paradójico es que la administración actual se ufana de querer convertir a Oaxaca en un destino cinematográfico, ya sea grabando novelas televisas en el Jardín Etnobotánico, o pretendiendo hacer del cine en Oaxaca un negocio para empresarios bajo el concepto de clúster (lo que sea que eso signifique); lo cual están en su derecho de proponer, pero tal y como lo puntualiza la carta: “es imposible hacerlo sin antes resolver la grave crisis por la que están pasado las diferentes organizaciones locales que en los últimos años han construido un nuevo escenario de creación y exhibición cinematográfica en el Estado de Oaxaca”.

El Plato Fuerte

   ⋆ ⋆ Deje todo y corra a verla

Llegó éste fin de semana una película mexicana que se volverá una de las favoritas del año y de las consentidas para éste cinéfago, y espero que de usted también: Almacenados.  Aproveche ahora que tiene cinco funciones en Cinépolis y seis en Macroplaza. Puede que sobreviva la otra semana, pero con muchas menos funciones. Vaya, empeño mi palabra que valdrá la pena.

Bajo la premisa de que menos es más, esta película nos presenta una historia a primera vista simple, pero que poco a poco junto con el espectador, se va alimentando y creciendo. En la película se alimenta y crece la historia, en el espectador las ganas de querer saber en qué terminará tal disparate. Disparate bajo la idea de que la realidad nacional es tan compleja, que a veces ciertas cosas, muchas veces un tanto absurdas, creemos que sólo pasan en México y son tan reales, que las damos por sentado.

Conoceremos a Don Lino y a Nin. “¿Qué clase de nombre es ese?” Le preguntará muy extrañado Don Lino, pero tras los dos meses de buscar y no encontrar trabajo, entenderemos que Nin puede ser la abreviación de “Nini”. El primero es el encargado de una bodega y el segundo el que lo sustituirá. Don Lino está a punto de jubilarse tras 39 años de impecable servicio en la empresa “Astas y mástiles de aluminio Salvaleón S.A. de C.V.”, y Nin tiene sólo cinco días para aprender todo sobre el oficio de cuidar una bodega.

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Dos personajes, una bodega, cinco días. Elementos suficientes para armar quizá uno de los mejores guiones adaptados de los últimos años del cine mexicano, y pretexto suficiente para que del choque de dos generaciones, surja una de las amistades más entrañables que veremos en pantalla éste año. Tampoco es una cosa melosa, o tierna como para lagrimear, sino al contrario, una amistad forjada a través de un ir y venir de diálogos en torno al trabajo y las cosas de la vida, en un lugar en el que aparentemente no pasa nada pero que un par de mentiras harán que pase más en una semana, que lo que no ha pasado durante 39 años.

La historia se divide en los cinco días en que Nin aprenderá el oficio, lo más complicado será lo del reloj checador, ya verá por qué, y aunque no veremos más allá de los espacios desolados que rodean la bodega y el metro que ocupa Nin para llegar, y lo más acelerado será la música heavy metal que Nin escucha, esto ayudará a equilibrar y contextualizar la parsimonia y casi abandono que se siente dentro de la bodega; donde lidiar con ocho horas de casi absoluta, terca y esperanzadora espera, serán lo menos relevante pero el marco necesario para hablar sobre: los desencuentros y coincidencias entre vejez y juventud, la familia, la clase trabajadora; y casi casi si lo quiere ver así, entender lo que pasa con un gran sector del país.

Así como Don Lino no sabe qué hacer después de jubilarse, Nin no sabe qué hacer de su vida, así que las ocho horas en una bodega vacía, es quizá mejor que andar desempleado o aburrido en casa, o donde sea. Ambos tienen la necesidad de trabajar, de poblar el tiempo en algo, aunque sea observando o matando hormigas, esperando algo que nunca llegará (como en Esperando a Godot); porque tener poco en un país en el que muchos no tienen nada y pocos tienen mucho, es ya una ganancia.

  ⋆ ⋆ No se la pierda

Lo anterior nos lleva a poder hablar de Yo, Daniel Blake, película que ganó la Palma de Oro en Cannes del 2016, y que aun así permanecía un tanto desapercibida, pero que llega a salas de cine (y a los tianguis) en éste 2017 de forma muy pertinente, en el que hablar sobre cómo la riqueza de pocos se alimenta de la pobreza de muchos, se ha vuelto un tema cada más preocupante y cada vez más obvio en un capitalismo que aunque tardío, no es menos voraz pero sí más deshumanizado, en donde las minorías pretenden ser eliminadas. #CapitalismoSalvaje

A Daniel Blake, el personaje principal de éste drama, el gobierno lo comienza a matar antes de tiempo, y no porque sea una persona adulta mayor, sino porque al quedar desempleado por cuestiones de salud (un ataque al corazón), se ve obligado a tener que lidiar con la hidra burocrática de la tramitología para poder obtener una pensión, en donde los empleados sólo siguen las reglas y protocolos, olvidando que tratan con personas en situaciones unas más complejas que otras, volviendo el laberinto burocrático en una  verdadera ignominia.

No es que el carpintero de 59 años no quiera trabajar y vivir del gobierno, sino que su salud lo obliga a tener que solicitar una pensión, pero esto se vuelve cada vez imposible al tener que esperar una llamada que nunca llega, rellenar un formularia vía web siendo él un analfabeta digital, pero que cuando por fin está lidiando con la burocracia tecnológica, resulta que en el último paso la página marca error, y tiene que volverlo a intentar. Una suerte de Sísifo postmoderno en un sinfín de ires y venires que se hacen   l—a—a—a—r—g—o—s  como un día sin pan.

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Esto tiene lugar en el norte de Inglaterra, un país en pleno desarrollo, pero si lo piensa bien, tampoco está tan alejado de lo que pasa de éste lado del mundo: personas con necesidad de pedir un apoyo gubernamental, pero que se topan con tramitologías y encargados de los programas para los que la gente se vuelven un simple número, una cifra. A eso súmele que hoy en día está de moda que toda la información que usted requiera sobre cualquier programa o institución la puede hallar en internet, cuando en México sólo la mitad de la población tiene acceso a este servicio y no es necesariamente el más pobre, al que a veces sí le sería útil dicha información. Al menos Daniel Blake no lidia con ese tipo de problemas, pero sí se topa con un sistema deshumanizado y al mismo tiempo con más personas en su misma o peor situación.

Así es como conoce a Katie, una madre soltera que se ha quedado sin hogar y que ahora tiene que buscar un empleo para poder sostener a sus dos hijos, y que por venir de lejos llega tarde a su turno y por lo mismo ya no la atienden. A los empleados no les importa todo esto, ellos sólo siguen las reglas, porque así funciona el sistema. ¿Le suena? Daniel se solidariza con ella y le ofrece algo de apoyo y amistad, algo que en estos tiempos aciagos es oro puro.

Tampoco lo que le pasa a Katie está tan desfasado de lo que pasa en México y el mundo, sabemos de familias que tienen que dejar sus hogares ya sea por crisis económica, por violencia, por inseguridad, por desalojo, por fraude, etcétera. Carlos Fernández-Vega, columnista de La Jornada, comentaba que en el sexenio de Calderón mucha gente moría de forma sistemática por violencia, pero también por hambre, al encarecerse cada vez más y casi calculadamente los precios de la canasta básica.  #HagaCuentas

Katie reflejará lo que muchas madres están dispuestas a hacer por sus hijos: como ceder su porción de alimento con tal de que sus hijos coman un poco más, o tratar de robar cosas tan latosas pero a veces tan mercadológicamente necesarias, que dada su situación es un tanto absurdo tener que pagar: como un desodorante, o toallas femeninas.

Sin embargo Katie por más que resiste, sede. Sede al impulso tan natural de querer comer, tanto que devorará una lata de frijoles a escondidas pero será descubierta infraganti. Un acto tan simple como comer se vuelve tan complicado y hasta vergonzante en esta sociedad actual. O, tras saber que su hija es motivo de burlas en la escuela por tener zapatos rotos, sede a la oferta de trabajo que le pedirá su dignidad de mujer a cambio de dinero.

El mismo Blake reafirmará esta idea: puedes perder mucho, pero cuando has perdido o te han quitado la dignidad, tu propia dignidad, lo has perdido todo, y ya no importa nada. Sólo queda reafirmarse como persona, como alguien que pueda al menos decir quién es, y grafitear yo soy, y soy persona, y exijo mis derechos como tal; y poder decir, con toda la humanidad posible:

Yo, (_____________________________) existo, y reconozco tu humana existencia.

Escriba su nombre, suyo de usted

 

El Postre

  • Evítela como la plaga

No ahondaré demasiado en Cómo ser un latin lover, basta decir que tal como lo menciona Fernanda Solórzano, el estereotipo reduccionista para definir a los latinos como personas que buscan lograr el sueño americano de la manera más floja y cómoda posible, es injusta en estos tiempos en los que los migrantes son señalados como la escoria de Estado Unidos, y siendo la migración, tal y como lo menciona la revista Proceso, el reto mundial del S.XXI; y siendo además nuestros migrantes mexicanos y centroamericanos, los que viven en carne viva las tropelías de este fenómeno, y siendo también los mexicanos los que han demostrado que el sueño americano es a base de trabajo, más trabajo y casi casi explotación. Sí con beneficios, pero nada que no venga con extenuantes horas de trabajo ya sea citadino o jornalero. Aquí el link del comentario de Fernanda Solórzano ❤ https://www.youtube.com/watch?v=hN8TjJ0Iny4

    ⋆ Deje todo y corra a verla

Y hablando de migración y de Cannes, éste año González Iñárritu y Emmanuel El Chivo Lubezki, sorprendieron a la industria del cine con su instalación, primera en su tipo, de realidad virtual Carne y arena. El experimento hace entrar al espectador solo sin nadie, descalzo, con una mochila y lentes de realidad virtual, a una sala llena de arena, en la que atestiguará a un grupo de migrantes mexicanos en la línea fronteriza de México que son descubiertos por una patrulla migratoria. Esto durante 7 minutos.

Porque hacer una película sobre migración hubiera sí, tratado de sensibilizar a la gente sobre el tema, pero en un mundo en el que la violencia es cada vez más cotidianizada, el director mexicano optó por el uso de las nuevas tecnologías para hacer de la migración un tema más vivencial y humano, porque más que cifras, lo migrantes también son personas. El punto es cómo dos mexicanos, Eugenio Derbez y González Inárritu, logran colocar en puntos disímiles, con propuestas y resultados totalmente distintos en varios niveles, el tema de la migración.  Deje todo y corra a verla es porque dicha instalación llegará a México en agosto, así que vaya ahorrando.

 

La Gula

Netflix llegó a México el 12 de septiembre de 2011, es decir, hace casi 6 años que comenzamos paulatinamente a consumir de distinta manera series y películas. Éste año Netflix está en el ‘ojo del huracán’, ya que dos películas originales de éste servicio streaming, Okja y The Meyerowitz Stories, concursan por la Palma de Oro de 2017. No lo atosigaré más, busque sobre lo controversial que se ha vuelto éste asunto, a lo que voy es que creo que casi nadie se ha preguntado sobre la opinión y/o postura de los que también hacen posible el cine: los espectadores. El punto es: qué prefiere usted, consumir una película de Cannes uno o tres años  después de ser estrenada en Francia, o  tener la posibilidad de verla vía Netflix casi al mismo tiempo que se presentó en Cannes; como Okja, que podrá ser vista en esta plataforma a partir del 28 de junio de este año. ¿Es decir, si nuestra forma de consumo audiovisual está cambiando, el cine lo debe hacer también? O de plano, no le importa nada de esto.

La Sobremesa

Ya para terminar. Éste cinéfago fue a ver Rey Arturo: La leyenda de la espada (⋆ ⋆ Puede verla) el martes 16 de mayo, día en que se cumplía el centenario del natalicio del escritor Juan Rulfo. Así que saliendo de esa función éste cinéfago acudió a la proyección de El Gallo de oro de 1964 (  Vale la pena), película basada en el texto de Juan Rulfo y con guion de Gabriel García Marqués y Carlos FuentesEn resumen, me emocionó más la segunda que la primera. #MeCae

 ⋆ ⋆ Vale la pena

Alien: Covenant, sólo para fans, y para quienes vimos la saga en el Canal 5 y fuimos sólo por pura nostalgia. Si es fan y entiende que Alien: Covenant es la secuela de Prometheus (2012) y la precuela de Alien: el octavo pasajero (1979), ya está del otro lado. Pero sino, puede entrarle desde otro lado: el Xenoformo ya no es el personaje principal, ahora la atención radica en David (Michael Fassbender), quien es un androide con capacidad creadora, y que tratará de convencer a su homónimo Walter (igual Michael Fassbender), quien ya no tiene capacidad creadora pero la intuye, que “es mejor reinar en el Infierno, que servir en el Cielo”. #Spoiler: La gran crítica es que cómo un grupo de científicos expertos, llegan a un nuevo planeta sin ni siquiera ponerse mínimo un cubre bocas y andar tocando todo. #Fail

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